La inteligencia artificial, la robótica o la automatización de las máquinas e industrias implementarán paulatinamente a lo largo de los próximos años. O al menos así se consideraba antes del coronavirus, pero la realidad actual es que su irrupción mundial ha trastocado el orden temporal de estos procesos acelerándolos de manera drástica. Muchas empresas han tenido que incorporar tecnologías a su actividad para continuar con su día a día, tal es el caso del teletrabajo. Si bien estos avances tecnológicos ya estaban cambiando la sociedad y creando nuevos paradigmas, «no debe convertirse en el fin en sí mismo, sino que debe ser un facilitador para el proceso de cambio al que nos referimos cuando hablamos de digitalización», expresa el director de Innovación de The Valley, Juan Luis Moreno, en un informe elaborado por la compañía.

La tecnología actúa como hilo conductor de la transformación en la sociedad pospandemia. En cada vez más sectores su presencia es más notable y ha facilitado la comunicación, el trabajo, la educación, la cultura, la distribución de suministros o la vigilancia para reducir el número de positivos por coronavirus. “La tecnología se ha impuesto y el futuro se ha adelantado una década», recalca en el estudio el director de Investigación del Instituto de Innovación Tecnológica de Abu Dhabi, José Ignacio Latorre.

Presencia de la tecnología en los diferentes ámbitos

Tendencias como la inteligencia artificial, el 5G o el Blockchain continúan su evolución, mientras que aquellas directamente relacionadas con la pandemia, tales como la ciberseguridad, la voz, los pagos digitales, los robots, drones, el cloud computing o la realidad virtual se han impulsado. Muchas de estas tecnologías se han enfocado en tareas como desinfección, rastreo de contactos, control de temperatura o investigación y desarrollo de tratamientos y vacunas, tal y como comentó el director de Innovación de The Valley en un webinar organizado por la compañía.

Se han acelerado las soluciones para trabajar en remoto, como las redes privadas virtuales (VPN), las videoconferencias, la nube, las herramientas de colaboración y el reconocimiento facial. Otras actividades que se han visto beneficiadas durante estos meses han sido el aprendizaje a distancia o la telemedicina (por ejemplo, mediante chatbots basados en inteligencia artificial que permiten hacer diagnósticos). Por su parte, el Big Data, la computación en la nube, el Internet de las Cosas o el blockchain han sido claves para la gestión de la cadena de suministros con el fin de que no se produjese una interrupción durante la pandemia. 

En esta nueva normalidad, evitar nuevos rebrotes es el objetivo primordial. Es por ello que los sensores térmicos serán un elemento más con el que convivirán los ciudadanos y que medirá la temperatura o detectará si llevan puesta la mascarilla para identificar posibles contagios. En países como China o Corea, emplean drones para realizar esta tarea en aras de limitar la exposición de las personas.

Con la apertura de los negocios, la aglomeración de personas es una preocupación. Por ejemplo, en la jornada se ejemplificó el caso de Butlr, un sistema de posicionamiento interior inteligente para la automatización del sector retail. Es decir, mediante el uso de sensores térmicos e inteligencia artificial, la aplicación permite rastrear y predecir el movimiento de las personas y la ocupación de la tienda. Por otro lado, con la entrada de turistas al país, la limpieza y desinfección de los hoteles se convierte en el eje central de sus estrategias y, mediante el uso de tecnología, se buscan nuevas fórmulas para bloquear los gérmenes y se emplean robots que desinfectan las habitaciones. 

«La digitalización está en todo nuestro entorno como vector del cambio»

En este sentido, se ha impulsado una nueva era de la educación a distancia, nuevas experiencias de cliente desde el hogar o el touchless. Estas transformaciones han abierto ventanas de oportunidades a la telemedicina, los softwares de protección y aplicaciones de salud y bienestar. También las start-ups vinculadas con la educación están viviendo su momento, al igual que la biotecnología o el home delivery. Pero la tecnología también ha permitido que muchas empresas hayan sido capaces de adaptarse e, incluso, pivotar y transformar su modelo de negocio en momentos de crisis.

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